Muchos alumnos y alumnas acuden a yoga inducidos por sus dispares molestias de espalda (lumbares y espalda baja, columna, cervicales…), molestias que acaban incluso repercutiendo en otras dolencias como dolores de cabeza, mandíbulas, hombros…
Como siempre repito, el yoga no es magia y, salvo en algunos casos, los instructores de yoga no somos médicos ni fisioterapeutas, por lo tanto y en mi opinión, siempre debemos partir des del lugar que nos corresponde.
En el yoga, lo más importante desde mi punto de vista es crear una consciencia corporal que te ayude a escuchar, percibir y sobretodo a entender toda aquella información que el cuerpo te está mandando. A partir de aquí, a través de diferentes asanas (posturas), podemos mejorar la salud de nuestra espalda, proporcionando en muchos casos un mayor bienestar a los alumnos. Pero, de que forma beneficia el yoga a nuestra columna en realidad?
Diversos estudios han demostrado que la práctica de yoga puede contrarrestar el deterioro de los discos invertebrados. Los discos invertebrados son cuerpos gelatinosos que actúan como puntos de pivotage y amortiguadores, de manera que las vértebras pueden moverse con suavidad permitiendo que el cuerpo realice rotaciones e inclinaciones. Los discos de las personas adultas no reciben riego sanguíneo, sinó que dependen de los vasos cercanos para nutrirse. Con el envejecimiento natural se disminuye todavía más el riego y los discos se van secando y haciéndose más finos. El deterioro de los discos puede degenerar en diversas dolencias de carácter nervioso y producir mucho dolor.
Aunque queda mucho por descubrir, se han realizado diversos estudios científicos en referencia a los beneficios del yoga sobre nuestra columna, por ejemplo, algunos médicos sugieren que las flexiones de la columna podrían contribuir a una mayor difusión de nutrientes dentro de los discos.
Por otro lado, el yoga, a través de las técnicas de respiración (pranayama) contribuye a llevar el oxígeno a la espalda, a nuestras vértebras y a crear espacio en nuestra caja torácica. A través de las posturas de yoga, de las flexiones, extensiones y torsiones mantenemos una columna vertebral flexible, fuerte y saludable.
En concreto, estos son algunos beneficios de la práctica de yoga, que repercuten en una buena salud de la espalda:
1. Mejora la flexibilidad.
Las asanas van mejorando poco a poco la flexibilidad general del cuerpo y con esto disminuyen las tensiones y los dolores de espalda y del cuerpo en general.
2. Incrementa la fuerza.
Incrementar la musculatura y tonificarla de una manera progresiva protege las articulaciones y ayuda a prevenir la artritis y los males de espalda en general.
3. Alinea la cabeza.
La cabeza pesa mucho en el cuerpo y su alineamiento repercute directamente sobre los músculos del cuello y de toda la espalda. El yoga busca la alineación.
4. Cuida las articulaciones.
Con las asanas, los cartílagos de las articulaciones reciben más nutrientes y se previenen muchas artitris degenerativas.
5. Sana la columna vertebral.
Las asanes facilitan la llegada de nutrientes a los discos vertebrales.
6. Fortalece los huesos.
La práctica para lograr fuerza y equilibrio mejora la salud ósea, y en muchas posturas de yoga es necesario levantar el peso del propio cuerpo y con esto se ayuda a prevenir la osteoporosis.
Aquí tenéis una secuencia corta para dar movilidad y flexibilidad a la columna.
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